13 Olvidos para 2013

Millones de veces he olvidado media compra en la cinta transportadora del súper, libros [de la biblioteca] en un asiento de autobús o paragüas en tiendas y bares [...] Pero hay despistes más graves:
1) Hace dos veranos me perdí de mi propia toalla, como los niños, y después de dar vueltas por la arena en ebullición, descalza, en tetas y sin bolsillos en el biquini, un socorrista tuvo que indicarme mi parcela en la playa.
2) Hoy casi me meto en coche ajeno por confundirlo con mi padre. Si tiene 4 ruedas todos parecen iguales; sobre todo bajo la lluvia. Menos mal que el señor ojiplático se ha delatado a sí mismo y he intentado disimular antes de girar su manecilla de la puerta.
3) Un día me olvidé una carpeta DIN A0 en una cabina de teléfonos, con planos super importantes de un proyecto académico de tres meses. Volví y estaba allí. En Abando. Lleno de maleantes. ¡Pero quién iba a querer robarme una utopía de vivienda unifamiliar refugio para artistas inspirada en Vicent Van Gogh!
4) Otro día, en la misma cabina, me olvidé mi agenda de teléfonos abierta de par en par. También la recuperé sin problemas.
5) Para mi proyecto de fin de carrera de arquitectura técnica, robé planos a Rafael Moneo de la oficina técnica del Kursaal. Saqué matrícula de Honor. Omitan esta anécdota los munipas y demás cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
6) Un día, pintureando, pegué un trago al vaso de tinta china diluida, en lugar de al de coca-cola. Todos los negros se parecen...
7) En COU, cambié 10 veces de opinión para escoger opción. No me decidía entre ciencias o letras, y los de Secretaría ya no sabían dónde esconderse cada vez que llegaba a renovar papeles. Al final tuve que hacer un mixto que no existía, por no quedar plazas: literatura, dibujo técnico y biología.
8) Una de mis caídas bicicleteras más graciosas fue hablando por el móvil, sosteniendo el paragüas con la misma mano y asida a un solo manillar descontrolándome contra un banco de viejas. Uno de los señores mayores no sólo no me guardó rencor, sino que me acompañó a curarme al ambulatorio de lo viejo.
9) Una paloma me cagó en la nariz en una plaza de Santurce.
10) Una noche yendo a Renteria para un evento de Face-Painting, me equivoqué de tren y cogí uno directo a Hendaya. Era el último. Gracias a contactos familiares de Euskotren, me llevó en plan convoy privado de regreso a mi destino.
11) La primera vez que cogí la bici en Donostia, me detuvieron por conducción temeraria !! No tengo carnet de conducir y no me sé las normas de tráfico. En ausencia de bidegorri, pensaba que era mejor ir de frente a los coches, para verlos mejor.
12) Me colé en un concierto de los Rolling Stone en la plaza de toros de Bilbao. Sin querer. Iba a despedir a un amigo, y la vigilancia de la puerta se descuidó, así que con un tironcillo de manga el colega me metió dentro.
13) Corriendo detrás del metro de Bilbao, me caí rodando por las escaleras de acero. Mi cabeza salió ilesa. O no. ¿?

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