Proceso creativo

Hace días que emulsiona una mezcla angustiosa dentro de mí. Nace después de una catarsis creativa. Parece que no podemos obviar las leyes del universo: todo lo que sube baja; todo lo que rebosa, se vacía; todo positivo tiene su opuesto negativo. Las fuerzas de acción y reacción, en definitiva, equilibran hasta la más descompensada manera de vivir. En cierto modo, la montaña rusa emocional es una forma niveladora de contrapeso. Cuando estoy arriba, no pienso en las consecuencias de la caída. Cuando estoy abajo, me consuela saber que mañana volveré a la cima. La velocidad de la corriente alterna extermina cualquier conato de vulgaridad, aniquila la inercia y hasta los buenos modales. Colmada de pasión, atiborro de pigmentos la paleta y empapo el lienzo hasta la saturación, en una convulsión frenética, apretando los botes de pintura y llenando de sueño las bolsas de los ojos, en un empeño delirante por retardar el colapso que siempre acecha, que siempre se esconde en la misma esquina, que siempre se burla de nosotros como si fuéramos novatos. ¿Y si un día el arrebato nunca llega?  ¿Y si se retrasa más allá de lo admisible, prolongando el declive fuera de los límites soportables? Conozco la respuesta y no quiero sobrevivirla. Tal vez no quiera alcanzar el ideal platónico de templanza y moderación, porque tal vez, y sólo tal vez, no quiera renunciar a mi alma irascible y concupiscible, donde la pasión no es doblegada por la voluntad ni el deseo regulado por la aquiescencia. El sendero sobre el que piso tiene baldosas hechas de sueños. En la oscuridad, mi mentor es la intuición. Y en la luz, la fuerza está dentro de mí, una energía cilíndrica sin raíces, que sigue escarbando aunque se llene las uñas de sucio, aunque se arañe las piernas de verde, aunque se rompa los tacones de rojo.

2 comentarios:

  1. Mas de diez años han pasado y volver a ver... volver a verte... aunque sea en esta fría pantalla, en contraste con la pasión con la que te conocí, y con la alegría que me da saber que sigues auténtica, que haces de ello tu mundo y sentirme orgulloso de haber compartido un trocito de tu catarsis, de tus arranques creativos y destructivos, del olor a canela e incienso, de las velas con las que te rodeabas y espero sigas rodeándote, cuando la cera quemaba pero también daba forma a la pintura, cuando un dibujo no estaba terminado hasta que lo quemabas, esos recuerdos y este nuevo descubrimiento.

    Haber sido testigo de tu ideal, de tu sufrimiento, de tu alma irascible y de tu alma débil, de tu alma plena y en pena, me hace sentirme orgulloso de haber conservado tus pinturas, tus escritos y al mismo tiempo desdichado de sentirme culpable por que en mi juventud no supe soportar el ritmo de tus pasos, por que tus baldosas eran más fuertes que las mías y tuve que apartar mi camino de tus pasos... esos pasos y esa pasión que mi madurez añoran y para sí quisieran ahora.

    Me fascinaba tu fuerza y me preguntaba por qué me elegiste mientras te miraba maquillarte, pintándote la cara igual que uno de tus cuadros, reflejando lo que llevas dentro, con la misma liturgia que quien pinta desde el corazón y no piensa en los sentimientos del espectador sino en el propio placer estético y creativo, tenías que crear, tus escritos y tus pinturas eran tu vida y lo siguen siendo para mi alegría.

    Ver tus trabajos es como recordarte mirando por la ventana, encendiéndome un cigarro o verte sonriendo y llorando, sin falsedad... sólo una actriz supo llorar en pantalla y sé que lo hizo por que lloró como tu lloras... de verdad.

    Conoces la respuesta y es que si en 10 años tu pasión no ha sido doblegada ni regulada por los varemos con los que nos regimos el resto de los estúpidos y mediocres espectadores, y es que los demás vamos a ser los que de verdad tengamos que hacer el esfuerzo de recibirte tal cual vienes, genial, sexual, llorando, riendo, vívida como cualquiera de nosotros mortales soñaríamos ser.

    Intuye, en la oscuridad y en la luz, con tu trabajo nos ayudas a llorar y a sentir gracias a que expresas lo que otros no nos atrevemos y nuestra cobardía nunca nos dejará, dependemos de ti y ahora que te he vuelto a encontrar no pienso dejar de seguirte.

    Se Soraya y no dejes que ninguno te lo impidamos.

    Cos I don't want you to forgive me. S.A.

    Alex.

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  2. Me he quedado de piedra al leerte. No puede ser otro Álex que el que yo imagino. He publicado tu comentario para responderte como manera de que me leas, aunque no creo que sea difícil buscarte en redes. Ni siquiera yo puedo medir la valía de tus palabras, que a medida que transcurra el tiempo irán fraguando un dolor que nunca terminó de supurar. Gracias. [Nunca pude volver a escuchar a Skunk Anansie]

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